Entrevista publicada originalmente en Sevilla Solidaria ABC
La primera vez que la dicharachera Fátima Morón se subió a la pasarela de We Love Flamenco con la Fundación Sandra Ibarra, hace diez años, los nervios le hacían temblar. Las cámaras de televisión enfocándola, enfermeras y profesionales de la Unidad de Día mirándola desde los asientos, sus amigas y su familia expectantes. Pero cuando se plantó delante de todos ellos, su energía le traspasó todo el cuerpo y se echó a bailar con su traje de flamenca sin pensarlo ni estarlo previsto. Aquel día lo olvidó todo por unas horas, tanto la metástasis ósea que le habían diagnosticado meses antes, como el cáncer de mama al que se enfrentó años atrás. Se borraron de su cabeza las visitas al hospital, el miedo y el dolor, y solo sentía esos nervios en la barriga de los que te hacen sonreír.
«Llegamos allí todas hechas polvo, incluso pensando que no vas a ser capaz, cada una con lo suyo encima, con pañuelo o sin él, con pecho o no, o sin una pierna, pero todas iguales», explica Fátima a Sevilla Solidaria, «pero desde el primer momento todo se olvida». Por eso mismo, esta sevillana de 47 años está deseando que se repita este viernes 21 de enero a las 13.00 en el Hotel Alfonso XIII, su noveno desfile en la pasarela We Love Flamenco, ya que el año pasado no pudieron desfilar por precaución. A las 9 de la mañana llegará para los preparativos y comenzará la magia. «Las compañeras nos peleamos como niñas chicas como si estuviéramos en la escuela, bromeando», explica entre risas.
En silla de ruedas actualmente, aún puede andar pero no se imagina cómo desfilará. Solo sabe que lo hará porque We Love Flamenco le da las fuerzas de no sabe donde. Asegura que conocer a Yolanda Vielba, directora de la Fundación Sandra Ibarra en Andalucía, y a Sandra Ibarra fue un antes y un después en su vida. «Estaba en el hospital, hecha polvo y con 25 kilos de más por la cortisona, y vino Sandra desde Madrid a verme», recuerda.
La positividad siempre ha formado parte de la vida de Fátima, desde el primer diagnóstico de cáncer de mama cuando tenía poco más de 30 años. Cuando le dijeron que debían extirparle los dos pechos, se plantó en El Palmar con las amigas y las hermanas para una fiesta de despedida. Y a seguir adelante. Resultó que en el mismo quirófano descubrieron que solo era necesario quitarle medio seno y se recuperó. Pero en 2011 el cansancio y la fatiga la llevaron de vuelta al hospital para desvelar una metástasis ósea con once focos en los huesos. «Por suerte no me falta cariño ni amor, tengo mucho de eso», indica. Pero que las fuerzas y el ánimo flaqueen en una situación como esa es de humanos. Por eso se aferró a la Fundación Sandra Ibarra. «Nos llevan a Cádiz a su «Festival de Vida», nos ponen psicólogos y, luego, tenemos la mejor terapia, las unas a las otras», cuenta, orgullosa de lo que ha conseguido.
Este viernes desfilará con un vestido de Santana, un diseñador que se moría de ganas de que la vistiera. Se levantará de su silla y andará con paso firme, llena de vida, bajo los flash de las cámaras, junto al resto de «Las Fantásticas», como se hacen llamar. Veintidós pacientes y supervivientes de cáncer que lo olvidarán todo por un día.
Las entradas para el desfile a beneficio de la Fundación Sandra Ibarra se pueden adquirir en este enlace. Será el viernes 21 con la colaboración de los diseñadores Angela&Adela, Carmen Acedo, Daniel Robles, El Ajoli, Flamenca Pol Nuñez, Javier Ordoñez, José Manuel Valencia, Joana Calderón, José Hidalgo, Mercedes Dobenal, Mónica Méndez, Pablo Retamero& Juanjo Bernal, Pitusa Gasul, Rocío Márquez, Rocío Olmedo, Rocío Peralta y Santana.