La Escuela de Vida de la Fundación Sandra Ibarra nace con el principal objetivo de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes y supervivientes de cáncer, y sus “Píldoras de Bienestar” pretenden, estos días más que nunca, acercar el bienestar a todos los pacientes y supervivientes a través de ejercicio físico, la relajación, la nutrición saludable y, una de las cosas que consideramos más importantes: el cuidado de nuestra salud mental y emocional.
Las Píldoras de bienestar de la Escuela de Vida son ofrecidas por profesionales expertos en las diferentes áreas, y en el caso de la psicología contamos con la colaboración del Centro Psicosanitario Galiani de Sevilla, que se han convertido en un referente en el apoyo psicoemocional en estos tiempos de confinamiento e incertidumbre. Hoy, con la píldora veintiuno llegamos al final de esta serie de Gestión Psicoemocional.
«La vida le da a cada persona en cada momento aquello que necesita para poder seguir creciendo», José Antonio Galiani. Psicólogo
1- EL PROPÓSITO INTERNO Y EXTERNO
TENEMOS DOS PROPÓSITOS EN LA VIDA:
UN PROPÓSITO INTERNO QUE SE RELACIONA CON EL SER, Y ES PRIMARIO
UN PROPÓSITO EXTERNO QUE SE RELACIONA CON EL HACER, Y ES SECUNDARIO
Los dos propósitos están tan íntimamente ligados que es casi imposible hablar del uno sin hacer referencia al otro.
NUESTRO PROPÓSITO INTERNO ES EL DESPERTAR. ES ASÍ DE SENCILLO, es un propósito que compartimos con todos los demás seres humanos de este planeta, PORQUE ES EL PROPÓSITO DE LA HUMANIDAD.
El propósito primario o verdadero de la vida no se encuentra en el plano externo. NO TIENE NADA QUE VER CON LO QUE HACEMOS SINO CON LO QUE SOMOS, ES DECIR, CON NUESTRO ESTADO DE CONCIENCIA.
NUESTRO PROPÓSITO EXTERNO PUEDE VARIAR CON EL TIEMPO y es muy diferente según la persona.
LA BASE PARA PODER CUMPLIR CON NUESTRO PROPÓSITO EXTERNO ESTÁ EN ENCONTRAR EL PROPÓSITO INTERNO Y VIVIR EN CONSONANCIA CON ÉL. ESTO ES LA BASE DEL ÉXITO VERDADERO.
Sin esa consonancia podemos lograr determinadas cosas a base de esfuerzo, lucha, dedicación o simplemente mucho trabajo y sagacidad. Pero ese esfuerzo no encierra dicha alguna y termina invariablemente por traducirse en alguna forma de sufrimiento.
