La Escuela de Vida de la Fundación Sandra Ibarra nace con el principal objetivo de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes y supervivientes de cáncer, y sus “Píldoras de Bienestar” pretenden, estos días más que nunca, acercar el bienestar a todos los pacientes y supervivientes a través de ejercicio físico, la relajación, la nutrición saludable y, una de las cosas que consideramos más importantes: el cuidado de nuestra salud mental y emocional.
Las Píldoras de bienestar de la Escuela de Vida son ofrecidas por profesionales expertos en las diferentes áreas, y en el caso de la psicología contamos con la colaboración del Centro Psicosanitario Galiani de Sevilla, que se han convertido en un referente en el apoyo psicoemocional en estos tiempos de confinamiento e incertidumbre.
«Si pudieras ser cualquier otra persona, ¿quién serías?»
1.- EL CUERPO DEL DOLOR
En algunas situaciones, los seres humanos experimentan las reacciones instintivas de la misma manera que los animales. Ante el peligro, cuando está amenazada la supervivencia del organismo, los latidos del corazón se aceleran, los músculos se contraen y la respiración se hace más rápida, en preparación para luchar o huir. Es el miedo primordial.
Cuando el cuerpo se siente acorralado, se produce una intensificación súbita de la energía que le da una fuerza que antes no tenía. Aunque estas reacciones instintivas parecen semejantes a las emociones, no lo son en el sentido verdadero de la palabra. La diferencia fundamental entre una reacción instintiva y una emoción está en que la primera es una reacción directa del cuerpo frente a una situación externa, mientras que la emoción es la respuesta del cuerpo a un pensamiento.
Indirectamente, una emoción también puede ser una reacción a una situación o a un hecho real, pero vista a través del filtro de la interpretación mental, el filtro del pensamiento, es decir, a través de los conceptos mentales de bueno y malo, gusto y disgusto, yo y lo mío. Por ejemplo, es probable que no sintamos emoción alguna cuando nos enteramos de que le han robado el automóvil a alguien, mientras que si es “nuestro» automóvil, nos sentiremos muy alterados. Es sorprendente cuánta emoción puede generar un concepto mental tan nimio como es el de «mío».
RECORDAMOS EN ESTE MOMENTO QUE LA INCONCIENCIA ESTÁ COMPUESTA POR:
1. EGO: VOZ MENTAL QUE FINGE SER NOSOTROS.
2. CUERPO DEL DOLOR: EMOCIONES QUE REPRESENTAN LA REACCIÓN DEL CUERPO CUERPO A LO QUE DICE LA VOZ DE LA MENTE (ego). Podemos denominarlo también: el componente emocional del ego.
El componente emocional del ego (cuerpo del dolor) es diferente en cada persona. En algunos egos es más grande que en otros. Los pensamientos que desencadenan reacciones emocionales del cuerpo pueden surgir a veces con tanta rapidez que, antes de que la mente tenga tiempo de expresarlos, el cuerpo ya ha reaccionado con una emoción.
Esos pensamientos podrían considerarse como supuestos tácitos e inconscientes que se originan en el condicionamiento pasado de la persona, generalmente en la primera infancia. «No se puede confiar en nadie» es un ejemplo de un supuesto inconsciente en una persona cuyas relaciones primordiales con sus padres o hermanos no le inspiraron confianza por no haber encontrado apoyo en ellas. Los siguientes son otros supuestos inconscientes comunes: «Nadie me respeta ni me aprecia. Debo luchar para sobrevivir. Nunca hay suficiente dinero. La vida es una permanente desilusión. No merezco la abundancia. No merezco amor». Los supuestos inconscientes crean emociones físicas, las cuales a su vez generan actividad mental o reacciones instantáneas. ASÍ ES COMO CREAMOS NUESTRA REALIDAD PERSONAL.
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