El pequeño samurái que ha ganado la batalla al cáncer

Noticias

Ha pasado poco tiempo desde que Shinto Lázara acabó la quimioterapia. Este pequeño de ocho años acabó el 2017 con la mejor de las noticias:ganar la batalla al cáncer, una enfermedad que padece desde los tres años. Apenas despegaba algo más de un metro del suelo cuando se tuvo que someter a su primera operación de columna, 32 sesiones de radioterapia y nueve ciclos de quimioterapia. Cinco años después, puede decir con entereza que la medicina y su fuerza de voluntad han vencido al maligno tumor.

El nuevo año lo afronta con ilusión, y con una lista enorme de manjares que degustar, pues, durante todo este tiempo, “se ha tenido que limitar a la alimentación que le han dictado los doctores”, explica su madre, la diseñadora industrial argentina de origen japonés María Kimura. De ahí que, debido a sus rasgados ojos, herencia de su madre, que el pequeño sea conocido como ‘samurai’ o ‘japonés’. Respecto a la comida, insiste, “La suprema de pollo es su comida favorita, y desde que tiene libertad para elegir plato, la ha probado unas cuantas veces. Tratamos que su alimentación sea variada, pero es verdad que le permitimos algunos caprichos”, reconoce.

Shinto afronta el nuevo año con ilusión, y con una lista enorme de manjares que degustar, pues, durante todo este tiempo, “se ha tenido que limitar a la alimentación que le han dictado los doctores”

Los expertos aseguran que los niños olvidan pronto el dolor, quizá porque la potencia de vida que los impulsa los transforma en pequeños dioses capaces de todo. Sólo el tiempo lo dirá. Lo que sí que su familia asegura es que “aprendió a recibir cientos y cientos de pinchazos sin llorar. Incluso se entregaba sin resistencia a los enfermeros, sin berrinches ni actitudes quejosas”, explica María. Tanto que el pequeño héroe generó el asombro de los médicos al meterse solo “en el cohete”, como él llamaba al aparato de resonancia magnética.

¿Uno de los trucos para mantener esta entereza? “Probablemente su práctica cotidiana del yoga”, explica su madre. “La meditación ha sido su herramienta principal para aprender a relajarse y a calmar los continuos dolores de espalda de los primeros días”, y es que, tras la intervención antes de sanar, Shinto se despertó con una cicatriz de 20 centímetros en la espalda.

Pero, muchos se preguntarán, ¿cómo y cuándo descubrió la familia que el pequeño padecía la enfermedad? Por esas cuestiones del destino, el pequeño “samurai” fue concebido en un pueblecito de la India profunda, donde su padre, un reputado profesor de Arqueología e Historia del Arte, realizaba varios estudios. Tras años de espera, sus padres rogaban por un milagro, ya que habían empezado a temer no poder tener hijos, hasta que finalmente llegó Shinto. Pero a los pocos años de vida, empezaron a ver que el pequeño caminaba con dificultad y se quejaba de fuertes dolores. A partir de entonces, el milagro se hizo pesadilla.

En un santiamén se encontraron rodeados de médicos que estudiaban al pequeño centímetro a centímetro y que les pusieron sobreaviso de lo que estaba sucediendo. “Esto es algo muy serio”, aseguraron los doctores. Poco tiempo después, operaban al niño de urgencia para abrirle la espalda y extraerle un cáncer infiltrado en la médula con tamaño de una pelota de tenis.

La meditación ha sido su herramienta principal para aprender a relajarse y a calmar los continuos dolores de espalda de los primeros días”

MARÍA KIMURA

Madre de Shinto

Un año y ocho meses después, aliviado ya del desasosiego vivido, los padres explican cosas de Shinto: “Él dice que habla con Dios. No sé si es una picardía de niño o qué. Lo cierto es que desde que entró hasta que salió del hospital no sólo superó el cáncer sino que además aprendió a jugar al ajedrez, a leer y a escribir. Aprendió a meditar y a practicar yoga. En fin, fueron meses intensos y de crecimiento para todos nosotros que ahora iniciamos una nueva etapa re reconstrucción”.

Un mundo entero de esperanza: el cáncer, o “el bicho” como aprendió a decirle Shinto, es una pesadilla que ya parece lejana. Este pequeño samurai de cinco años ganó la batalla. Y desde hoy, el pequeño “japonesito” cuenta la cantidad de bistecs que devorará en su vida.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20180106/434065827171/samurai-gana-batalla-cancer.html

“Le dije a mi hija: ‘Puedes irte, yo sonreiré por ti’; y se fue
Nuevos tratamientos y métodos de detección reducen drásticamente las muertes por cáncer de mama

Entradas relaciondas

keyboard_arrow_up