El 28 de abril celebramos el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, una fecha que la OIT estableció en 2003 para promover el trabajo seguro, saludable y digno. Es asimismo una fecha elegida por el movimiento sindical para rendir homenaje a las víctimas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, entre las que se encuentran numerosos tipos de cáncer. Los ejemplos más recientes han sido los casos de enfermedad y fallecimiento por contacto con amianto o glifosato en el lugar de trabajo.
Aprovechando este día y ante las cifras que cada año nos recuerdan que aún queda mucho por hacer en el ámbito laboral respecto a la seguridad y la salud de los trabajadores, desde la Fundación Sandra Ibarra nos gustaría recuperar un documento pionero y necesario en materia de prevención del cáncer de origen ambiental y laboral: la Declaración de Asturias.
Este llamamiento a la acción surgió de la ‘Conferencia Internacional sobre determinantes ambientales y laborales del cáncer’, organizada por la OMS y la Fundación Sandra Ibarra en Asturias en marzo de 2011. El encuentro fue inaugurado por la entonces Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz, y contó con la participación de numerosos miembros de diversas instituciones gubernamentales, organizaciones sin ánimo de lucro y organismos relacionados con la investigación del cáncer.
La Declaración hace un llamamiento a la comunidad internacional para que sus políticas de salud impulsen la prevención como una pieza clave de la lucha frente al cáncer de origen ambiental y laboral en todo el mundo.
Declaración de Asturias: un llamamiento a la acción
Todos los años se diagnostican 12 millones de casos de cáncer en el mundo, y cada año fallecen más de siete millones de personas a causa de esta enfermedad. La mayoría de los casos se registran en países de ingresos bajos y medios, y esa proporción está en aumento. Un gran porcentaje de todos los casos de cáncer se debe a la exposición a factores ambientales y laborales. Las embarazadas, los fetos, los lactantes, los niños y los trabajadores presentan una vulnerabilidad especial.
Muchos cánceres causados por exposiciones ambientales o laborales se pueden prevenir. La prevención primaria, cuyo objetivo es evitar la exposición a factores que provocan cáncer, es el medio de prevención más eficaz por si solo. Las medidas aplicadas en esta esfera impiden que el cáncer se produzca. La prevención primaria, que permite salvar vidas y ahorrar miles de millones de dólares, depende por completo de la realización de actividades de investigación independientes financiadas con fondos públicos sobre las causas ambientales y laborales del cáncer.
En la Declaración de Asturias se insta a que se adopten medidas de prevención primaria del cáncer de origen ambiental y laboral en todos los países del mundo. A continuación figuran recomendaciones clave:
- La prevención de la exposición a factores ambientales y laborales que provocan cáncer debería ser un componente de la lucha contra el cáncer en el mundo entero. Esa labor de prevención requiere una estrecha colaboración entre distintos sectores sanitario, ambiental, laboral, comercial y financiero y entre los países, así como con la sociedad civil y los medios de difusión.
- La OMS debería desarrollar un marco mundial para la lucha contra las causas ambientales y laborales del cáncer, centrado en las causas ambientales y laborales definidas por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) como carcinógenos demostrados o probables.
- La OMS debería promover la elaboración de indicadores mensurables de la exposición y la enfermedad que orienten las actividades de vigilancia del cáncer en los países del mundo entero.
- Todos los países deberían adoptar y aplicar leyes que protejan a la población, sobre todo a los sectores más vulnerables, contra el cáncer de origen ambiental y laboral.
- Todos los países deberían desarrollar campañas de comunicación para formar a la población sobre las causas ambientales y laborales del cáncer y sobre las estrategias de prevención.
- Las empresas deberían respetar todas las normas y reglamentaciones destinadas a prevenir el cáncer de origen ambiental y laboral y aplicar las mismas medidas de protección en todos los países en los que llevan a cabo actividades, ya sean desarrollados o en desarrollo.
- Es preciso realizar investigaciones para descubrir causas ambientales y laborales del cáncer aún no reconocidas que sirvan de orientación para adoptar nuevas medidas de prevención.